La ciudad es la máxima expresión de la condición humana, esta es la idea que nos quiere transmitir Aldo Rossi a lo largo de su estudio acerca del complejo sistema urbano en el que desarrollamos nuestras vidas y es construido por la arquitectura.
Las creaciones humanas son hechas por y para su condición, y vienen determinadas bajo un marco espacio-temporal. Todo el desarrollo del libro en su análisis, presenta una tremenda lógica; una lógica que en la actualidad parece olvidada en ocasiones, pero que sin embargo, en los años de nacimiento de esta tesis pasaban inadvertidos.
La extracción de conceptos y caracteres plasmados en dicho escrito, ayudan y recuerdan la comprensión del porque de los asentamientos urbanos y puede servir como herramienta útil a la hora de intervenir sobre el sistema del análisis.
La dimensión humana determinada por un modo y una forma, dualidad de conceptos que se repiten recayendo siempre en la base del individuo y su colectividad. La ciudad es un sistema urbano colectivo que abarca a los múltiples individuos humanos. Esto es lo que se construye y lo que Rossi pretende clasificar y desmenuzar con su escrito.
Habla dentro de la ciudad de unos elementos primarios y hechos urbanos en relación con la residencia, razón por la cual surgen los asentamientos. Es el espacio para el desarrollo de la vida humana, vida humana en función de sus necesidades, las cuales bajo su condición social ocurren en espacios de relación, hechos urbanos.
La ciencia urbana pues, es ese estudio entre elementos urbanos y los elementos residenciales los cuales se ven afectados por factores históricos, económicos, geográficos, sociales… Lo que permite la relación entre individuo y sociedad, repercutiendo en la dimensión arquitectónica de la ciudad, mero reflejo de dichas relaciones. Esta no presenta unos límites claros, sino un espacio temporal regido por la memoria. No hay urbe que no presente memoria propia, historia que no se detiene, aunque si se alcanzan unos puntos estáticos de permanencia.
Este concepto de permanencia puede convertirse en catalizador, foco de crecimiento y evolución urbana convirtiéndose en hecho urbano, y él mismo se caracterizará por una arquitectura propia que relaciona el pasado histórico ya sea un acontecimiento, un lugar con el presente temporal. Rossi categoriza además dentro de estos hechos cuando ocurren estos efectos, el monumento. Monumento como lugar de atracción, punto singular con su propia realidad.
La existencia de estos puntos provoca un desarrollo en torno a ellos, siempre que sean focos de relaciones, puntos de actividades para la colectividad, es decir, que se puedan definir dentro del campo de los hechos urbanos. La propia calle y el caso de los foros romanos mencionados en el libro son elementos generadores de ciudad en torno a los cuales se mueve la colectividad y por lo tanto se posan edificaciones. Llegan a configurar y constituir la ciudad, no hay ciudad que no disponga de hechos urbanos, pudiendo sufrir transformaciones a lo largo del paso del tiempo, como ocurre en Granada cuyas experimentaciones de las formas del pasado asumen funciones diferentes, íntimamente ligadas al espacio urbano; otros más aislados pero también esenciales como ocurre en el Palazzo de Padua.
En los cambios de función, transformación de elementos urbanos encontramos la presencia histórica, la razón de ser de la raza humana. La ciudad se va construyendo a sí misma en función de las necesidades del hombre, necesidades determinadas por el marco histórico en el que englobamos también los aspectos económicos y políticos.
La ciudad al conformarse como sistema, posee gran cantidad de funciones, las cuales se intentan clasificar en relación a tipologías pero que debido a su complejidad y afecciones entre las mismas son difíciles de estructurar. Del mismo modo se cuestiona la forma-función, acercándolo al mundo fisiológico y orgánico; las formas asemejadas al órgano que cumple unas funciones, su alteración provoca en cierto modo una alteración del mismo, es decir, de su forma.
Trasladándolo a la ciudad, la forma se ve condicionada por la función, la cual a su vez se ve afectada por la estructura del territorio e influencias históricas y psicosociales. Es interesante por ejemplo la transformación del Anfiteatro de Florencia, el cambio a una nueva estructura que alberga nuevas funciones que provoca un cambio en su forma pero que conserva su permanencia. Esto provoca una tensión urbana, un elemento que se comporta como catalizador que ha hecho posible que con su nueva función se produzca un gran desarrollo urbano alrededor.
Las transformaciones urbanas vienen determinadas en los tiempos de la ciudad, momentos históricos. Alrededor de estos hechos urbanos, se desarrollan las áreas de estudios que la dimensión urbana necesita para su continuidad espacial, unas áreas de estudio que acogen la individualidad de la residencia, aspecto esencial del asentamiento. Al hablar de estas áreas se asume como la ciudad es un compuesto de partes.
Se han buscado siempre maneras de planear en relación al sistema urbano y su territorio, buscando la mejor escena donde desarrollar la vida. La conclusión a esto es que esas áreas no pueden estar aisladas ni disgregadas, necesitan participar dentro de la ciudad y sus relaciones con la colectividad, con los hechos urbanos. Cuanto más estrecha sea la relación entre la esfera pública y la privada más se acelera ese proceso de urbanización y crecimiento no solo a nivel urbano sino también dentro del marco político y económico. Crecimiento gracias a esos elementos primarios y a su conjugación con las áreas de barrio y residencia.
Estas áreas se ven afectadas por el concepto del locus, del lugar concreto y su alrededor. Toda individualidad presenta un vínculo local que se engloba dentro de una memoria histórica que pertenece a la ciudad y por lo tanto al hombre y su colectividad. La multiplicidad de estos procesos de transformación es lo que da lugar al carácter dinámico y evolutivo de la ciudad, las experiencias vividas por cada individuo dan sentido a la misma, a las relaciones entre el ser viviente y su ambiente.
Sociológicamente hablando y dependiendo del momento histórico siempre se encuentra una clase dominante en el sistema urbano, encargada de modificar la realidad de la ciudad. Los desequilibrios sociales se reflejan en malas gestiones y abusos como ocurrió con especulaciones en la propiedad del suelo, condiciones infrahumanas en épocas de Revolución Industrial para la vivienda. También con las figuras políticas, unidas a fuerzas económicas y avances de la técnica unidas a las necesidades, se producen nuevas planificaciones urbanas (Haussmann en París, Cerdá en Barcelona) que han permitido el desarrollo óptimo de dichos asentamientos.
Reflexionando al final, lo principal es que la ciudad es un complejo sistema que refleja la creación y necesidad humana; y que cualquier tipo de transformación de la vida del individuo y su colectivo radica en la estructura urbana condicionada por su memoria histórica, contenido social moral y político junto con su situación natural. Es al fin y al cabo el espacio temporal del desarrollo de la dimensión humana.
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